En la vida como en el deporte, a veces se gana y a veces se pierde, aunque Cristiano Ronaldo esté mucho más acostumbrado a lo primero que a lo segundo. El crack luso atraviesa por un momento inmejorable a nivel personal, sobre todo tras anunciar por sorpresa la semana pasada su próxima boda con la madre de sus hijos, Georgina Rodríguez. Sin embargo, 12 días después de comunicar la gran noticia, el delantero ha vivido un duro revés en lo deportivo, una decepción que también han sentido los suyos desde la distancia.



Su cara era un poema y lo decía todo, la de alguien tremendamente ambicioso que solo piensa en la victoria cuando salta al césped. Con la mirada perdida y cabizbajo, el delantero portugués de 40 años veía este sábado por la tarde como su equipo era incapaz de llevarse la Supercopa de Arabia que tanto ansiaban. Una cita que venía cargada de gran expectación para sus intereses, puesto que desde que se mudó a Riad con su familia en enero del 2023 todavía no ha conquistado un solo trofeo importante con su club, el Al-Nassr.



Aunque se trataba de un titulo de su competición doméstica, la final se había llevado hasta Hong Kong y el desenlace no pudo ser más cruel para el que es sin duda una de los mejores futbolistas de la historia. Él hizo todo lo que estaba en su mano para vencer, marcando un gol durante el encuentro -que acabó en empate a dos- y después transformando su lanzamiento en la fatídica tanda de penaltis, pero ni por esas. Quien se llevó el gato al agua fue su contrincante, el Al-Hilal, mientras Georgina y los niños veían el duelo en la lejanía desde su casa de Arabia Saudí.


"Mis tres hombres", decía la influencer (31 años) en sus redes sociales tras publicar una foto donde se veía en el mismo plano a su hijo mayor, Cristiano Jr (15) y al mediano, Mateo (8), viendo el partido por televisión en su mansión de Arabia Saudí. En la pequeña pantalla, justo en ese instante, se apreciaba la imagen de CR7 captada por las cámaras. La modelo hispano-argentina mostraba así su orgullo con esta imagen tan curiosa, mientras animaba a su marido a más de 10.000 kilómetros desde el salón de su hogar.

Tras la derrota, el goleador nacido en Madeira tendrá que seguir peleando para ampliar su brillantísimo palmarés, algo que intentará con su actuales compañeros después de renovar recientemente con el conjunto árabe por dos temporadas más. De momento, le queda el consuelo de lo feliz que es en lo sentimental y amoroso, una vez se ha comprometido y se dará este esperadísimo 'sí, quiero' con su media naranja, a quien lleva unido casi una década. Ya saben lo que dice el refrán (que a veces no se puede tener todo): "Afortunado en el amor, desafortunado en el juego".
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