En nuestro mundo caótico y acelerado, la inteligencia emocional nos mantiene con los pies en la tierra. Nos ayuda a tener éxito en el trabajo y a sentirnos satisfechos con nuestra vida.
A menudo nos centramos en lo que significa tener inteligencia emocional y en las acciones que realizan las personas que la tienen. Sin embargo, rara vez nos preguntamos qué cosas no hacen. Aquí hay siete hábitos que evitan a toda costa.
1. Reaccionar de manera impulsiva
Las personas con inteligencia emocional saben lo importante que es no actuar impulsivamente. Comprenden que son vulnerables en situaciones donde experimentan emociones intensas y se han acostumbrado a esperar hasta que sus emociones se calmen. Son capaces de pensar bien cómo responder, en lugar de reaccionar según sus emociones. Esto se traduce en una mejor toma de decisiones y menos arrepentimientos.
2. Reprimir sus emociones
Si bien las personas emocionalmente inteligentes no dejan que sus emociones se descontrolen, tampoco las ignoran ni las reprimen. Las reconocen y comparten en situaciones apropiadas y seguras. Entienden que les ayuda a procesarlas si son capaces de identificarlas y compartirlas en la situación adecuada.
3. Encontrar faltas, criticar y menospreciar a los demás
Aunque darán retroalimentación a los demás, las personas emocionalmente inteligentes nunca lo harán para castigarlos, menospreciarlos ni hacerlos sentir mal. Ofrecerán retroalimentación para ayudar a la otra persona a realizar cambios positivos y evitar los mismos errores en el futuro. Su retroalimentación incluirá ofrecer alternativas para que la persona pudiera haber manejado la situación de manera más eficaz.

4. Chismear
Las personas emocionalmente inteligentes reconocen los peligros y la toxicidad del chisme. Evitan a quienes chismean y se niegan a fomentarlo. Prefieren juzgar a los demás por sí mismos y, si tienen un problema con alguien, optan por tratarlo directamente. Confían en su propio criterio y no se dejan influenciar fácilmente por la opinión ajena ni por el pensamiento colectivo.
5. Exagerar los fracasos
Todos tenemos que afrontar contratiempos y fracasos. Las personas con alta inteligencia emocional no se permiten ver el fracaso como un indicador de sus defectos. Optan por considerarlo una oportunidad para recibir retroalimentación sobre lo que podrían hacer mejor o de manera diferente en el futuro. En lugar de darle vueltas a lo que salió mal y lo que se podría haber hecho de otra manera, ven el valor de las lecciones aprendidas y comprenden que los errores son un paso fundamental para tomar mejores decisiones en el futuro.
6. Evitar conversaciones difíciles
Las personas emocionalmente inteligentes no disfrutan de las conversaciones difíciles más que nadie. Sin embargo, reconocen los riesgos de no tenerlas. En lugar de evitar las verdades duras, se preparan para ellas. Se aseguran de tener el control emocional y de que la conversación se desarrolle en un espacio privado. Se esfuerzan por ser respetuosos, escuchar, buscar oportunidades de colaboración y generar ideas constructivas para avanzar.
7. Guardar rencor
Como todos, las personas emocionalmente inteligentes pueden sentirse heridas, traicionadas, enojadas y vengativas. Sin embargo, se dan cuenta de que guardar rencor solo les perjudica, ya que les quita energía que podrían emplear de manera más eficaz en su propio crecimiento y desarrollo. Puede que no olviden, pero en cambio, optan por centrar sus energías en lo positivo y el futuro, en lugar de en las cosas que les han afectado en el pasado. Si miran atrás, lo aprovechan como una oportunidad de aprendizaje, en lugar de obsesionarse con el daño que les hicieron.
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