Coca-Cola anunció el martes que lanzará una nueva versión de Coca-Cola con azúcar de caña a finales de este año.
"Como parte de los planes de innovación, este otoño la compañía planea lanzar en Estados Unidos una oferta con azúcar de caña nacional para expandir la gama de productos registrados Coca-Cola", señaló Coca-Cola en un comunicado de prensa en el que informaba sobre sus ganancias del segundo trimestre. “Esta adición está diseñada para complementar la sólida cartera principal de la compañía y ofrecer más alternativas para todas las ocasiones y preferencias”.
El anuncio se produjo días después de que el presidente Donald Trump dijera en una publicación en las redes sociales que la compañía había llegado a ese acuerdo con él.
“He estado hablando con Coca-Cola sobre la posibilidad de usar azúcar de caña de verdad en la Coca-Cola en Estados Unidos y han estado de acuerdo”, escribió Trump en una publicación de Truth Social recientemente. “Quiero agradecer a todos los responsables de Coca-Cola. Será una buena decisión por su parte, ya lo verán. ¡Simplemente es mejor!”.
Otros países, como México, ya usan azúcar de caña en su refresco, pero la versión estadounidense de Coca-Cola contiene jarabe de maíz alto en fructosa, un tipo de edulcorante diferente que aporta la misma cantidad de calorías. Muchas personas en EEUU prefieren la llamada Coca-Cola mexicana que, aunque es menos común, también se puede comprar en las tiendas y restaurantes.

¿Qué es el azúcar de caña? ¿Por qué no la hemos usado?
Primero, expliquemos qué significa “azúcar de caña real”. El azúcar de caña proviene de las plantas de caña de azúcar y es un azúcar natural. El jarabe de maíz alto en fructosa, por otra parte, está hecho de maíz. Desde el punto de vista químico son ligeramente diferentes: el azúcar de caña contiene glucosa y fructosa unidas entre sí, mientras que el jarabe de maíz alto en fructosa tiene glucosa y fructosa por separado, mezcladas.
El azúcar de caña cayó en desgracia en EEUU para la producción de alimentos hace unos 40 años, cuando el entonces presidente Ronald Reagan puso un límite a las importaciones de azúcar, lo que elevó el precio del azúcar nacional. Entonces entró en escena el jarabe de maíz alto en fructosa, que era más barato de producir en suelo estadounidense.
Ahora, el jarabe de maíz alto en fructosa se encuentra en muchos de los alimentos que se venden en Estados Unidos, desde Coca-Cola hasta productos horneados envasados y algunas salsas para la pasta. Incluso algunas marcas de requesón incluyen jarabe de maíz alto en fructosa. (También es importante que sepas que el jarabe de maíz alto en fructosa no es el mismo que ese jarabe de maíz dulce y pegajoso que encuentras en el supermercado, solo está disponible para los fabricantes de alimentos).
El jarabe de maíz alto en fructosa y el azúcar de caña, cuyo nombre químico es sacarosa, tienen un sabor bastante parecido, pero el cuerpo los absorbe de manera diferente. Cuando ingieres sacarosa, tu sistema digestivo la descompone en glucosa y fructosa antes de pasar al torrente sanguíneo. El jarabe de maíz alto en fructosa ya contiene glucosa y fructosa libres, por lo que tu cuerpo las absorbe directamente sin necesidad de separarlas primero.
Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos de Trump, ha criticado el jarabe de maíz alto en fructosa. Lo calificó como “una fórmula para volverte obeso y diabético” en un video promocional de su fallida carrera presidencial en 2024. Sin embargo, esa posición lo ha enfrentado a los agricultores de maíz, según el New York Times, muchos de los cuales apoyaron a Trump en las elecciones de 2024.
La Asociación de Refinadores de Maíz advirtió que eliminar el jarabe de maíz alto en fructosa de los alimentos estadounidenses podría reducir los precios del maíz hasta en 34 centavos por bushel, provocando una pérdida de ingresos de 5,1 mil millones de dólares a los agricultores, lo que afectaría el mercado laboral y causaría daños económicos en las comunidades rurales.
Sin embargo, RFK Jr. no es la primera persona que ha demonizado el jarabe de maíz alto en fructosa. De hecho, incluso se han realizado estudios para evaluar sus riesgos.

¿El jarabe de maíz alto en fructosa realmente es peor que el azúcar de caña?
Tanto el jarabe de maíz alto en fructosa como el azúcar de caña conllevan riesgos para la salud, sobre todo cuando se consumen en exceso a lo largo del tiempo. Pueden elevar el nivel de azúcar en sangre y contribuir al aumento de peso y la inflamación, lo que genera problemas crónicos como enfermedades cardíacas y diabetes. Los refrescos azucarados son particularmente preocupantes para la salud: un estudio de 2025 comprobó que consumir bebidas azucaradas se relaciona con un riesgo mayor de desarrollar diabetes tipo 2, más que consumir azúcar en los alimentos.
Sin embargo, el jarabe de maíz alto en fructosa podría ser peor que el azúcar de caña, al menos en teoría. Como la fructosa se procesa principalmente en el hígado, consumir mucho jarabe de maíz alto en fructosa puede sobrecargar este órgano, lo que con el tiempo podría aumentar el riesgo de sufrir trastornos hepáticos u otros problemas de salud. Un estudio de 2022 también descubrió que una mayor ingesta de jarabe de maíz alto en fructosa en los adultos jóvenes condujo a una mayor acumulación de grasa en el hígado y a un empeoramiento de la sensibilidad a la insulina, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad hepática y diabetes tipo 2. Sin embargo, no comparó el jarabe de maíz alto en fructosa con la sacarosa, por lo que no queda claro si la sacarosa también habría tenido el mismo efecto.
Otra investigación de 2022 constató que tanto el jarabe de maíz alto en fructosa como la sacarosa tenían los mismos efectos sobre el peso, la presión arterial, el colesterol y el azúcar en la sangre, pero señaló que el jarabe de maíz alto en fructosa causaba un pequeño aumento de la proteína C reactiva, un marcador de inflamación. Eso podría incrementar el riesgo de sufrir inflamación crónica con el tiempo, lo que puede provocar afecciones como las enfermedades cardíacas, diabetes y otros trastornos metabólicos. No obstante, se necesitan más investigaciones para saber si esa diferencia realmente puede marcar la diferencia en la salud a largo plazo.
Algunos estudios en animales han generado cierta preocupación pública por el consumo de jarabe de maíz alto en fructosa, como una investigación de 2024 que lo relacionó con el crecimiento tumoral y la aceleración de las células cancerosas. Otro estudio de 2010 de Princeton descubrió que las ratas con acceso al jarabe de maíz alto en fructosa aumentaron más de peso que las que tenían acceso al azúcar de mesa, incluso siguiendo dietas con la misma cantidad de calorías. Sin embargo, esos estudios no se han replicado en humanos, por lo que no se sabe qué impacto tendrían en nuestro organismo.
En resumen
Es necesario seguir investigando para evaluar los verdaderos daños que puede provocar el jarabe de maíz alto en fructosa en comparación con el azúcar de caña. Lo que sí está claro es que las dietas altas en azúcar, en general, provocan problemas de salud. Cambiar la fórmula de Coca-Cola quizá no marque una gran diferencia en tu salud, pero beber menos refrescos azucarados podría ser beneficioso para tu cuerpo.
Artículo escrito en inglés originalmente por Kaitlin Reilly.
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