“Bueno, esto es una genialidad”, dice Alex Badia mientras observa fotos de la gira de prensa de Freakier Friday protagonizada por Lindsay Lohan, llena de atuendos de diseñador. “Y, ya sabes, no siempre fue así para ella”.
Badia es jefe del departamento de moda en Women's Wear Daily y también es su corresponsal en cámara para premiaciones y el Met Gala. Las estrellas de cine no lo impresionan, tampoco los vestidos de alta costura de 20,000 dólares. Aun así, este experto en estilo —que lo ha visto todo y lo ha usado todo— está más que impresionado con la gira de regreso de Lohan, de 39 años, quien promociona Freakier Friday con una estrategia de moda impecable.
“Esto ni siquiera se trata de moda”, le dice Badia a Yahoo. “Es más bien una campaña de marketing para Lindsay 2.0”.
La versión 1.0 de Lindsay ya era increíble. Nacida en Long Island, saltó a la fama con el remake de The Parent Trap (1998), seguido por Freaky Friday (2003) y la película adolescente por excelencia: Mean Girls (2004). Pero mientras Lohan pasaba de promesa a estrella, su consumo de sustancias se convirtió en la parte más visible de su vida pública. Durante años enfrentó arrestos por conducir ebria y posesión de drogas, lo que la llevó a pasar 13 días en la cárcel, seguidos por 15 años en una especie de “cárcel cinematográfica”: películas para televisión, apariciones especiales (¡y hasta comerciales para Lawyer.com!) mientras reconstruía poco a poco su vida.
Lohan eventualmente se instaló en Dubái y se convirtió en madre en 2023, justo cuando regresaban las tendencias reconfortantes del estilo Y2K —como las minifaldas diminutas y las botas Ugg—, junto con secuelas nostálgicas como And Just Like That… y Bridget Jones: Mad About the Boy. Fue por esa época cuando su mentora de toda la vida, Jamie Lee Curtis, intervino para abogar por una segunda oportunidad para la estrella en Disney.
Freakier Friday se perfila como la apuesta global de Lindsay Lohan para volver a la primera fila de Hollywood. Para acompañar su regreso, Disney ha diseñado cuidadosamente una campaña de prensa que, según la psicóloga de la moda y autora superventas Shakaila Forbes-Bell, es “un ejemplo clásico de ‘mostrar, no contar’”.
Más allá de un puñado selecto de entrevistas con medios de alto perfil como Elle y The Tonight Show, Lohan ha mantenido un perfil relativamente bajo y ha dejado que su ropa hable por ella.
Los atuendos han sido diseñados por Andrew Mukamal, el actual estilista de Lohan, conocido por convertir la gira promocional de Barbie de Margot Robbie en una fiesta rosa total. (Mukamal dijo a Yahoo que no podía comentar sobre esta historia, otro ejemplo de cómo aquí, literalmente, la ropa lo dice todo).
Junto con Kristofer Buckle, el maquillista de confianza de Blake Lively, y Danielle Priano, estilista habitual de Sabrina Carpenter, Mukamal se asegura de que cada look de Lohan en Freakier Friday funcione como un altavoz con un mensaje claro: está lista para volver al estrellato.
La primera regla para redimirse con moda: mantenerlo clásico
Lohan dio inicio a su gira de regreso el 22 de julio con una serie de vestidos clásicos, entre ellos un diseño rosa pastel de Miu Miu con vuelo y un vestido de gasa en capas de la firma Rabanne.
“Este tipo de look súper pulido es muy común entre celebridades con mala reputación”, comenta a Yahoo la directora de comunicación de crisis de una marca de lujo, quien pidió mantenerse en el anonimato (su firma viste ocasionalmente a Lohan).
Cuando una celebridad está en plena rehabilitación de imagen, explica Badia, “su trabajo no es estar a la moda, sino transmitir que es confiable”. En ese sentido, llevar un vestido tipo columna de Oscar de la Renta puede enviar un mensaje poderoso: que es un pilar de la industria… y que sigue en pie.
La segunda regla para redimirse con moda: mirar al pasado para avanzar
El 28 de julio, Lohan apareció con un conjunto de saco y falda de tweed amarillo firmado por Balmain. Los fans de la actriz notaron de inmediato su parecido con el pequeño traje amarillo que llevaba su personaje Annie James en The Parent Trap.
Ese mismo día, Lohan lució un vestido de Roberto Cavalli que recordaba al estilo de Hallie Parker, la otra hermana que interpretó en la película.
“Es totalmente intencional”, dice Badia. “Saben perfectamente la reacción inmediata que genera en la prensa.”
Los guiños nostálgicos en su vestuario continuaron cuando Lohan usó una camiseta con la frase “Pink Slip” y un cárdigan rosa, en referencia tanto al nombre de su banda en Freaky Friday como a su némesis en Mean Girls, Regina George.
Para la premiere en Reino Unido, la actriz llevó un vestido lavanda hecho a la medida por el diseñador francés emergente Ludovic de Saint Sernin, que evocaba el atuendo final de su personaje en Freaky Friday.
“Recrear estos looks es una forma de nostalgia, que en la moda tiene un poder enorme porque puede despertar sentimientos positivos de inmediato”, explica Forbes-Bell. Vincular la moda con recuerdos de la infancia “también invita a los fans a reconectarse con el juego y la maravilla infantil”.
Los atuendos nostálgicos también tienen un elemento lúdico. Detectar una referencia de moda cinematográfica de hace 20 años es el tipo de detalle “si sabes, sabes” que une a las comunidades de fans en internet y enciende los chats grupales aburridos.
Incluir estos Easter eggs (guiños escondidos) en la gira de vestuario de Lohan vuelve la experiencia más interactiva y permite que quienes la siguen a la distancia sientan que forman parte de un secreto divertido.
La tercera regla para redimirse con moda: asegura el bolso YSL
A medida que Hollywood se adentra en la economía del streaming y el contenido se vuelve más barato de producir gracias a la inteligencia artificial y plataformas como TikTok, los salarios de las celebridades pueden verse comprometidos. (Basta ver al elenco de The White Lotus, que en 2025 cobra 40,000 dólares por episodio, mientras que el reparto de Friends llegó a ganar 1 millón por cada capítulo de 30 minutos en sus últimas temporadas).
“Por eso, hoy más que nunca es clave que las actrices consigan campañas de moda y belleza”, dice Badia. “La alfombra roja es, en esencia, una audición para esas campañas.”
Para demostrar que puede atraer la atención adecuada de las marcas de lujo, el tercer rack de vestuario de Lohan está repleto de atuendos de pasarela: vestidos ceñidos de Saint Laurent y Chloé, un traje de Sergio Hudson y un conjunto estilo tutú al estilo Carrie Bradshaw de la firma francesa Jacquemus. En total, estas piezas tienen un valor estimado cercano a los 18,000 dólares.
Pero el posible contrato de una estrella como Lohan como imagen de una marca de lujo puede alcanzar los 3 millones de dólares por campaña, según reporta The New York Times.
Nadie que haya deseado una bolsa de Miu Miu de 2,900 dólares piensa que el dinero no puede comprar un poco de felicidad. Aun así, Forbes-Bell sospecha que el verdadero valor de la gira de alfombra roja de Lohan no es algo que se pueda cargar a una American Express.
“Se nota que la está pasando increíble”, dice Forbes-Bell. “Como humanos, nos sentimos atraídos por las cosas bellas, pero tienen que parecer auténticas. Su atuendo es espectacular, y su sonrisa es genuina. Eso es lo que sus fans quieren ver.”
Este fin de semana, Freakier Friday llega oficialmente a los cines del mundo, y se pondrá a prueba el poder de convocatoria de Lohan en taquilla. También se medirá su capacidad para vender estilo junto con boletos de cine.
¿Una pista temprana? Tras usar el minivestido de Cavalli con un estampado de faisán el pasado 28 de julio, las búsquedas de la marca aumentaron casi un 340%. A pesar de su precio de 3,025 dólares, el vestido desapareció de los estantes con la velocidad de un rumor de farándula. En la tienda en línea de Cavalli, ya no queda ninguna versión. En Farfetch, al momento del cierre de esta edición, literalmente queda solo uno.
Como dirían los fans de Freaky Friday: es lo máximo.
Artículo escrito en inglés originalmente por Faran Krentcil
"Esta historia fue traducida del inglés con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa y editada y revisada por un editor de la redacción de Yahoo en Español".
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