
El chavismo ganó el domingo la mayoría de las alcaldías en disputa durante las elecciones municipales en Venezuela, en una jornada marcada por una baja participación y varias denuncias de desconfianza electoral. Entre los triunfos más significativos del oficialismo está la ciudad de Maracaibo, capital del estado Zulia, tradicional enclave opositor.
Según anunció el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) obtuvo la victoria en 23 de los 29 municipios cuyos resultados fueron confirmados, y mantiene una "tendencia irreversible" en 304 de los 335 cargos a elegir. La jornada cerró sin una declaración formal de finalización del proceso, pero con la mayoría de actas ya transmitidas.
Uno de los resultados más simbólicos fue la elección de Gian Carlo Di Martino en Maracaibo, desplazando a la oposición de una plaza clave. El chavismo también retuvo el control del municipio Libertador de Caracas, donde fue reelegida la alcaldesa Carmen Meléndez, y donde se concentran las instituciones del poder público nacional.
A pesar del avance oficialista, la oposición logró mantener Chacao y Baruta, dos municipios del este de Caracas considerados centros tradicionales de rechazo al chavismo. Sus alcaldes, Gustavo Duque y Darwin González, respectivamente, fueron reelegidos. Además, Fernando Malena, del Movimiento Ecológico, ganó en El Hatillo, mientras que el chavismo recuperó el municipio Sucre, hogar de Petare, la barriada más grande del país.
Baja participación y tensión política

Con una transmisión del 82,45 % de las actas, el CNE reportó una participación de poco más del 44% del padrón electoral, lo que representa aproximadamente 6,27 millones de votantes. El proceso transcurrió sin observación internacional independiente y en un clima de desconfianza generalizada, con denuncias de coacción y ventajismo.
Estas elecciones municipales se celebraron exactamente un año después de los controvertidos comicios presidenciales de 2024, en los que Nicolás Maduro fue declarado vencedor en medio de acusaciones de fraude por parte de la oposición, encabezada por María Corina Machado y el excandidato unitario Edmundo González Urrutia. Aquel resultado provocó protestas nacionales, una ola represiva sin precedentes y la detención de más de 1.900 personas por razones políticas, según organizaciones como Provea.
Desde entonces, el chavismo ha endurecido su control institucional, judicializando a dirigentes opositores y operando bajo lo que denominó la 'furia bolivariana', con detenciones masivas y militarización de los espacios públicos. Líderes como Juan Pablo Guanipa, Freddy Superlano y Jesús Armas permanecen detenidos, mientras otros operan desde la clandestinidad o el exilio.
Consolidación sin competencia real
Las elecciones municipales de este domingo, con una oposición debilitada y en gran parte excluida del proceso, reafirman el dominio del PSUV sobre el aparato político y territorial del país. El oficialismo no solo retuvo el control de sus bastiones, sino que logró avanzar sobre zonas clave que históricamente representaban resistencia política.
Aunque el Gobierno insiste en que los resultados reflejan la voluntad del pueblo, analistas y sectores críticos advierten que estas votaciones se han dado en un contexto sin condiciones democráticas reales, donde la represión, la censura y la persecución sistemática de la disidencia definen el terreno político.
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