¿Podrá triunfar esta nueva camioneta eléctrica de US$20,000? Estas son sus armas

Date: Category:espanol Views:1 Comment:0


Cuando Slate presentó su pickup en abril, generó un gran revuelo en la industria automotriz. Esto, en un contexto donde los fabricantes habían dejado prácticamente de lado a las camionetas compactas. Con el paso de los años, modelos históricos como la Ford F-150 y la Chevrolet Silverado fueron creciendo en tamaño y peso, respondiendo supuestamente a la demanda del mercado. Pero el inesperado éxito de la Ford Maverick demostró que todavía había apetito por opciones más pequeñas. Y el anuncio de Slate vino a confirmar ese interés.

¿La razón? Un vehículo eléctrico, compacto y funcional, con un precio de entrada de US$20,000 (unos 340,000 pesos mexicanos). No sorprende que la startup recibiera más de 100,000 pedidos por adelantado. Pero desde entonces, el panorama ha cambiado.

Primero, la eliminación del crédito fiscal federal de US$7,500 para autos eléctricos fabricados en Estados Unidos (medida incluida en una ley impulsada por el expresidente Trump) impactó directamente el precio de la Slate. De repente, esa camioneta de US$20,000 se convirtió en una propuesta “de mediana gama”.

PUBLICIDAD

Luego vino otro golpe: Ford anunció su intención de lanzar una pickup eléctrica por US$30,000. ¿Cómo puede Slate competir con un gigante así? La clave está en el enfoque minimalista que adoptó desde el primer día.

¿Qué es exactamente la Slate Truck?

La Slate Truck es una pequeña pickup eléctrica de tracción trasera. Mide 4.43 metros de largo (unos seis centímetros menos que la clásica Ranger de los años 90), pero su caja es más larga que la de una Maverick moderna. Tiene 201 caballos de fuerza y una autonomía estimada de 240 km, que puede ampliarse a 385 km con un paquete de batería adicional.

Por defecto, solo tiene dos asientos, pero aquí viene lo interesante: se puede transformar en una SUV para cinco pasajeros. Bastará con adquirir un kit que incluye asientos traseros y una cubierta para la caja, y hacer la instalación en casa con herramientas básicas. Es como tener un vehículo tipo Transformers en tu garaje.

This is the baseline Slate model, which will now be
Este es el modelo base de Slate.

La personalización es una parte esencial del concepto de esta pickup. Como solo estará disponible en un único color —gris pizarra—, la idea es que el usuario le coloque vinilos para modificar su apariencia según sus gustos. También se podrá personalizar el interior, incluso imprimir accesorios en 3D si se desea. Y en muchos casos será necesario, porque la simplicidad radical del diseño se extiende también a la cabina.

PUBLICIDAD

¿Ventanas eléctricas? No, aquí hay manivelas. Tampoco hay sistema de sonido, ni pantalla táctil. Todos estos recortes tienen un propósito muy claro: reducir al máximo el costo de producción sin comprometer la funcionalidad básica.

Diseño frugal

Eliminar elementos que suelen venir de serie, como ventanas eléctricas o sistemas de sonido, fue sin duda una parte clave del plan de los ingenieros de Slate para hacer su pickup lo más accesible posible. Pero no se trata solo de recortar por recortar: detrás hay una frugalidad estratégica y bien pensada.

Tomemos como ejemplo la ausencia de pantalla táctil. Claro que eso reduce costos en hardware —no hay que instalar un panel de grado automotriz en el tablero—, pero lo más relevante no es eso. Lo que realmente se ahorra al eliminar la pantalla es todo el desarrollo de software que la haría funcionar.

Hoy en día, los fabricantes destinan millones a crear equipos dedicados a diseñar aplicaciones e interfaces para los vehículos. Y luego terminan pagando dos veces: una por el desarrollo y otra por las críticas de usuarios frustrados cuando algo falla.

PUBLICIDAD

Sin pantalla, no solo se elimina el costo del hardware, también el del software y todo el soporte posterior que implican esas soluciones que, además, nadie quiere usar.

Interior del Slate Truck
No hay pantalla táctil (aparte de un teléfono que usted proporciona) y las ventanas son de manivela de la vieja escuela.

Son justamente esos costos secundarios y terciarios los que permiten que la Slate Truck sea tan económica. Lo mismo ocurre con la pintura… o más bien, con la falta de ella. La pickup solo estará disponible en color gris, tonalidad que proviene directamente del plástico moldeado de sus paneles exteriores.

Aunque la pintura no es especialmente costosa, el proceso para aplicarla sí lo es. Las automotrices invierten millones en talleres especializados que evitan partículas contaminantes como polvo, polen o humedad, y que además deben manejar los vapores tóxicos que se generan durante el proceso.

¿No hay pintura? Entonces tampoco hay necesidad de construir ese taller ni de asumir esos gastos. Además, fabricar los paneles en plástico permite evitar las gigantescas prensas que se usan con acero o aluminio, lo que también implica ahorro en maquinaria e infraestructura.

PUBLICIDAD

Gracias al moldeo por inyección, Slate puede fabricar sus vehículos en instalaciones mucho más pequeñas y eficientes. De hecho, la empresa compró lo que antes era una imprenta de catálogos, con techos bajos y un espacio muy reducido en comparación con las enormes plantas donde Ford produce sus pickups.

Un modelo de negocio simplificado

Cada vez más concesionarios en Estados Unidos añaden sobrecargos al precio de vehículos muy demandados. A estos incrementos los llaman eufemísticamente “ajustes de mercado” (market adjustments), una manera bastante cuestionable que tienen algunos vendedores de sacar un extra por cada unidad vendida.

Incluso aquellos concesionarios que no incurren en este tipo de prácticas suelen cobrar, en promedio, un 3.9 % adicional sobre el precio base del auto. Ese dinero se destina, entre otras cosas, a mantener las máquinas de café —con café rancio— funcionando en la sala de espera del distribuidor local. En un coche de US$30,000 USD, eso representa más de US$1,100 solo en margen para el concesionario.

Es un sobreprecio considerable por el simple hecho de tener que pasar por un proceso de compra que la mayoría de los consumidores detesta. Slate, en cambio, evita todo eso. La compañía venderá directamente al cliente a través de internet y entregará la pickup en la puerta de su casa. Y cualquiera que haya visto un infomercial sabe lo que ocurre cuando se elimina al intermediario.

Desafíos (y oportunidades) por delante

Todos estos factores —desde la personalización y la eliminación de extras costosos, hasta el modelo de venta directa— hacen posible que la Slate Truck sea una realidad viable. Es una camioneta moderna que, aunque básica, apuesta por la funcionalidad y la practicidad. El resultado neto es un negocio automotriz con una eficiencia inédita, en agudo contraste con empresas como Tesla, que durante casi una década acumuló pérdidas por cientos de millones de dólares antes de alcanzar la rentabilidad.

Eso no significa que el camino de Slate esté libre de obstáculos. Uno de los más duros golpes vino con la llamada Big Beautiful Bill del expresidente Donald Trump, que eliminó el subsidio federal para autos eléctricos. Ese crédito de US$7,500 habría representado un descuento enorme en un vehículo de bajo costo como la Slate. Lo que se anunciaba como una pickup de US$20,000, ahora se promociona como un modelo con “precio en el rango medio de los veinte mil”. Sea cual sea tu presupuesto, es un aumento doloroso.

A eso se suma la creciente incertidumbre en el mercado de vehículos eléctricos. Las ventas de modelos eléctricos con batería aumentaron solo 1.5 % en la primera mitad de 2025 en comparación con el mismo periodo de 2024. Se espera un repunte en el tercer trimestre, justo antes de que desaparezcan los incentivos federales. Después de eso, lo más probable es que la demanda caiga, al menos a corto plazo, y nadie sabe qué ocurrirá en 2026.

Slate ha prometido una fecha de entrega para 2026, mientras que Ford apunta a 2027.
Slate ha prometido una fecha de entrega para 2026, mientras que Ford apunta a 2027.

Pero el mayor desafío de Slate viene desde Detroit, y tiene nombre: Ford. La compañía no ha revelado todos los detalles de su futura pickup eléctrica de US$30,000, pero sí adelantó que tendrá un tamaño similar al de la Maverick y que incluirá características estándar como pantallas táctiles y sistemas de sonido.

Entonces, ¿el público elegirá una camioneta eléctrica completa de Ford o una opción más pequeña, austera y sin trayectoria comercial, pero por unos miles de dólares menos? No es una decisión sencilla. Sin embargo, Slate cuenta con la ventaja del primero en moverse: ha prometido lanzar su modelo en 2026, mientras que Ford apunta al 2027.

Además, el enfoque de Slate en la comunidad DIY (hazlo tú mismo) podría ayudarle a crear una base fiel de usuarios apasionados. Al final del día, si logra captar siquiera una pequeña fracción del mercado de pickups de Ford, ya sería un triunfo considerable.

El éxito de Slate está lejos de estar asegurado, pero su estructura ágil y su enfoque claro hacen que todavía no haya razones para descartarla. De hecho, hay motivos para tener esperanza: si esta pickup logra consolidarse, podría forzar una redefinición profunda del mercado estadounidense, cuestionando qué tipo de vehículo realmente necesita la gente… y qué tan grandes deben ser.

Esta historia fue traducida del inglés con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa y editada y revisada por un editor de la redacción de Yahoo en Español.

Artículo escrito en inglés originalmente por Tim Stevens

Síguenos en el canal de WhatsApp
Síguenos en el canal de WhatsApp

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO: Trucos que utilizan los vendedores de autos para 'engañarte'

Comments

I want to comment

◎Welcome to participate in the discussion, please express your views and exchange your opinions here.